Entrando al mundo del registro sonoro o visual (sonorregistro), el sonido se produce en un tiempo limitado; se desarrolla temporalmente que al reproducirlo no se puede modificar, ni ampliar, ni reducir; se mantiene en la misma duraciòn de origen, es un tiempo continuo que se registra.
La grabaciòn se puede repetir, se escucha y se vuelve a escuchar como vemos y re-vemos la fotografìa. La fotografìa en ese instante se congela, informa, dice algo de la realidad tangible, provoca observarla por siempre y pensarla. Los sonidos grabados producen una percepciòn tangible de la realidad pasada; entre estos los dos efectos distintos se denomina el sonorregistro.
Ambos transmiten una realidad por ejemplo, un campanario; el sonido que brota de èl me permite identificarlo, brota una resonancia. En el sonorregistro se necesita una participaciòn activa del objeto explorado, tiene que producir alguna vibraciòn sonora que se proyecte en el tiempo, que estè viva, que se mueva, que sea real; una naturaleza muerta està fuera del registro sonoro.
La diferencia entre ambos registros radica en su forma de reproducciòn que la fotografìa se la ve directamente, pero al sonorregistro lo oìmos con la intervenciòn de un aparato; el producto objeto del sonorregistro no puede ser captado directamente, no existe hasta hoy un objeto que pueda emitir permanentemente sonidos previamente registrados y que se pueda oìr con solo centrar en èl la atenciòn auditiva.
Hay ciegos que fotografìan en un esfuerzo tàcito para incorporarse al mundo de la visiòn. ¿ Por què no sonorregistran para obligarnos a entrar en el mundo de la audiciòn? ¿ Por què no hacen el sonorregistro de un automòvil, de un paisaje, una oficina, etc?
Desarrollar un programa de sonorregistro para ciegos, serìa el desafìo que en el campo de la academìa, el arte y la comunicaciòn le plantea el no vidente al vidente. El desafìo serìa para el vidente, porque lo obligarìa realizar un nuevo esfuerzo, un horizonte, un espacio, tiempo y vida.
